Alrededor de un Chevrolet abandonado en la plaza de una ciudad una serie de personajes buscan refugio y cobijo. Brujas (Javier Albala), un joven camello de medio pelo, utiliza el coche para trapichear con caballo. Gaspar (Manuel de Blas), un viejo coche un hogar provisional. Ambos han vivido en el pasado una relación de amor y odio que les ha arrastrado al submundo en el que ahora viven. Una pasión que se remota a los tiempo en que ambos, Gaspar como director y Brujas como su actor fetiche, vivían del éxito que cosechaban con sus películas. 

Pero ahora sus intereses se unen en el Chevrolet abandonado. Para uno es la oficina perfecta. Para el otro la vivienda necesitada. El coche se convierte en su bien mas preciado. Y mucho mas, por cuanto el coche también suscita sentimientos encontrados entre los otros habitantes del barrio. Los vecinos ven en el una chantarra reconvertida en punto de trafico y drogas. Los mas belicosos están dispuestos a terminar con el al precio que sea, y tienen su ejercito partículas para ejecutar la misión. Un grupo de skin heads merodea intermitentemente alrededor del coche subiendo muchos grados la tensión que ya subyace en el ambiente. A modo de presentación de credenciales, un grupo de rapados ataca el coche y golpea a Gaspar cuando este sale en defensa del Cheverolet. Además , el ¨diller¨ del barrio apodado El Turco (Alfonso Asenjo), no escatima esfuerzos ni amenazas para quedarse con el chevrolet e incluirlo en su flota de oficinas, otras ¨chatarras¨ varadas en algunos puntos estratégicos del barrio. Pero ninguna tan bien ubicada como el Chevrolet.